Yo lo acepto como es, pero ¿Me aceptaría usted a mi?

Subject: RESPUESTAS

Date: Tue Jul 15, 2003 7:03:54 PM

From: Bessy

To: Joshua

Hola mi ángel.

Con respecto a sus preguntas sobre la cultura quiero decirle algo.

*yo quiero un esposo amoroso, romántico, atento conmigo, que siempre me diga y me demuestre cuánto me ama. Quiero que ame mucho a los demás, sin importarle cómo sean.

He escuchado y también he visto en algunos misioneros Norte Americanos que han venido aquí que son fríos, no demuestran mucho sus sentimientos, y he notado que los misioneros latinos aman más a las personas que los Americanos, no se, tal vez nos ven de menos o estoy equivocada, eso es lo que yo he observado, se que uno no debe juzgar a todo un pueblo solo por unos pocos individuos, y también los únicos americanos que he visto o conocido en mi vida son misioneros de la iglesia, así que mi conocimiento sobre su cultura y tendencias no es muy amplio que digamos... pero si usted me dice que estoy equivocada con lo de “fríos” y esas cosas, nunca más pensare así, se lo prometo.

¡Sabe! Hace un tiempo yo me hice una promesa pensando en mis futuros hijos. Me prometí que me esforzaría por darles *un padre que les enseñará a amar a todos por igual sin importar sus diferencias, un padre que se convertirá en su héroe, un padre que siempre se esforzará por ser digno de tener el sacerdocio para bendecirlos a ellos y a mi. Un padre que guiará a su familia a la vida eterna.

Una de mis metas al estar casada es de siempre *visitar a alguien que necesite ayuda y brindársela, pero hacerlo con mi esposo, y luego con mis hijos, cuando lleguen, para que aprendan a dar servicio por amor.

Un día, cuando iba en bus para la Estaca, el bus se detuvo en una parada y mientras la gente subía yo me quede viendo afuera, por la ventana, ví a una mujer abrazando a un hombre, creo que era su esposo, y estaban con ellos sus dos hijitos (me imagino que eran sus hijos), ellos estaban sentados en la acera, por donde pasan los peatones, tenían un aspecto humilde, según como andaban vestidos, y ví que estaban con un anciano, muy mal vestido y sucio, muy degradado, como muchos de los que vemos por aquí pidiendo dinero en las calles. Note que ellos estaban dándole de comer con mucho amor, la gente alrededor se veían desconcertados, otros sentían admiración, otros parecía como que sentían vergüenza solo con ver, y a otros los veía como que para ellos ese acto tan bondadoso y maravilloso no tenía importancia en lo absoluto. Esa escena me conmovió, una pareja amorosa el uno con el otro, estaban allí, enseñándole a sus pequeños hijos una gran lección de vida, y no lo hacían con palabras, sino con el ejemplo. Tendré siempre la curiosidad de saber si esa hermosa familia era miembro de nuestra iglesia o no, o miembros de otra iglesia, o si eran familiar de ese anciano o qué pasaba por su mente cuando decidieron hacer ese gran acto de caridad aun cuando se exponían a las burlas de los demás. Desearía poder algún día, en la vida venidera, verlos y darles las gracias por haberme dado esa gran lección de amor al prójimo y darme ese momento tan especial donde pude ver reflejado el amor puro de Cristo en ellos.

Ese día fue cuando decidí hacer eso mismo con mi futura familia; decidí que como familia siempre procuraríamos servir a los demás, sin importar que la gente se burle de uno, sin importar el tiempo que tomemos, sin importar el esfuerzo, ni los sacrificios, ni los recurso que usemos. Decidí que como familia e individualmente pondríamos todos lo que poseemos, dinero, tiempo, recursos, talentos al servicio de Dios y de los demás. Quiero enseñar a mis hijos a amar a los demás sin importar las diferencias de raza, color, educación o posición económica. Siempre he pensado así pero aquella escena me hizo fortalecer y solidar esa decisión.

Como dije antes, no se cómo son los americanos con eso de servir a los demás sin importar cómo sean o se vean, pero quiero que sepa que eso es lo que yo espero de mi futuro esposo, que nunca separe a las personal según su aspecto, posesión o todo lo demás. Y creo que usted ese joven al que yo aspiro.

Usted tiene miedo de que el problema entre los dos sea la cultura, yo no veo por qué. Yo estaría dispuesta a ir donde sea con usted.

En Efesios 5:31 dice: Por esto dejará (la mujer) a su padre y a su madre, y se unirá a su (esposo) y los dos serán una sola carne.

Efesios 5:23 dice: Por que el marido es cabeza de la mujer... así también las casadas están sujetas a sus maridos en todo.

1 JUAN 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera todo temor.(Yo sí le temo mucho a los cambios, pero esta escritura me da consuelo).

1 Corintios 7:10 y a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la esposa no se separe del marido;

1 Corintios 13:7 todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Rut 1:16-17 ...adondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu díos mi Dios. 17 Donde tú murieres, moriré yo...

Tengo muy claras estas escrituras y creo entenderlas bien.

No seria difícil para mi, yo me adapto, la pregunta es, ¿Se adaptaría usted a mi? ¿Me aceptaría? Tengo defectos amor. Créame que estoy poniendo todo de mi parte para borrarlos y estoy lográndolo. Pero quiero que esté consiente de algunas cosas y esta es solo una parte de mi lista:

-Soy muy impuntual (Casi estoy borrando ese defecto)

-No se cocinar, y creo que nunca aprenderé tal vez hasta que me case porque por ahorita es imposible aprender con mi mamá, siempre terminamos peleando cuando lo intento, y de paso no me gusta cocinar…

-Soy muy poco femenina, no se cómo comportarme bien, cómo vestir o arreglarme bien. Estoy muy insegura de mi misma.

-No conozco mucho de buenos modales o etiqueta.

-Físicamente tengo cicatrices por todos lados, reconozco que nunca me he cuidado bien. De niña jugaba muy loca. Tengo 4 hermanos varones así que... ¡Usted sabe!

-No tengo un trabajo “prometedor” y me da pena que a mi edad no tengo una carrera

-Tengo que mejorar en mi trabajo debo ser más efectiva empleada.

-No me he graduado aun, todavía estoy en el colegio, a mi edad yo debería ya de estar en la Universidad, y eso yo lo veo como un gran defecto en mi. Me da pena que con 22 años las personas o los muchachos me vean con el mismo uniforme de colegio que utilizan las niñas de 15 años. Es horrible y humillante, pero ni modo. Debo seguir estudiando.

-No tengo ningún talento, por más que busco y busco, no me encuentro ninguno, pienso que es tan difícil para mi aprender algo, me parece imposible que yo pueda aprender a hacer algo bueno.

-No soy muy constante.

-Cuando oro y el Señor me da una respuesta la reconozco pero cuando viene la “tormenta” empiezo a dudar otra vez. Usted ya lo ha comprobado. No dudo jamás con cosas del evangelio, sino con cosas que siento que debo hacer, o decisiones que tomar. Usted entiende. Como lo que me pasa con nuestra “relación”.

-Somos pobres y no tenemos ni siquiera una casa propia, siempre estamos alquilando por todos lados.

-Mi papá es mecánico, aprendió en la calle y con amigos. No me da pena pero he visto las reacciones de otros cuando lo ven con su traje sucio y con grasa en las manos.

-Mi mamá tampoco es estudiada, es ama de casa y vende ropa que trae mi abuela de Estados Unidos a veces. Pero es la mujer más caritativa y sacrificada por otros, que yo conozco.

-Mis padres no son miembros, no le gustan los mormones y mi papá... ni puede ver a los misioneros.

-Peleo mucho con mis hermanos. Siempre estoy poniéndome metas para no hacerlo a veces voy muy bien y a veces mal.

-Me enojo muy fácilmente, pero he aprendido a controlarme y contar hasta diez antes de hablar o actuar pero a veces me falla la menoría y no paso de cinco...

-No ayudo mucho en las cosas de la casa, reconozco que debo ayudarle más a mi mamá y ser más obediente con ella.

Bueno, me falta mucho más por decir pero algún día seguiré o lo comprobará por usted mismo. Me da pena decirle estas cosas pero es mejor ser sincera y que lo sepa ahorita y no que se decepcione cuando venga. También soy muy detallada en estas cosas porque no quiero que seamos como algunas de esas “parejas por Internet” que se describen a si mismos como perfectos y cuando se ven cara a cara y están en su “ambiente natural” se dan cuenta que el otro no era lo que pensaban. Por eso quiero siempre hablarle claro y sin fingir nada, como el día en la fiesta, donde sentí muy fuerte el espíritu que me aconsejaba que debía contarle todo sobre mi, tal como yo pensaba de las cosas y como yo era. También por ello quiero que usted sea claro y sincero conmigo, sepa que yo siempre estaré tratando de comprobar las cosas que me dice, ya sea con los que lo conocen o en oración, y no se sienta que estoy desconfiando, yo lo amo, y cuando estoy con usted aquí en Internet o pienso en usted el espíritu es muy claro al testificarme que usted es un joven limpio, puro y fiel a Dios. Pero por lo menos quiero asegurarme de que cuando alguien me critique sobre eso de ”amores por Internet” yo sepa defenderme y defenderlo diciendo que yo sí estoy segura de su sinceridad.

Volviendo a lo de mis defectos, claro que siempre estoy poniéndome metas para cambiar esas cosas y sé que cada día soy mejor, no quiero presumir pero es parte de la vida, siempre estamos tratando de mejorar más si conocemos el evangelio. Así que, ¿Aun está dispuesto a aceptarme?

Yo lo acepto como es, no se cómo es su carácter pero se que hay cosas que se pueden cambiar o mejorar.

Lo amo

Johana

*Un esposo, padre y hombre amoroso http://lds.org/liahona/1994/04/6?lang=spa&query=tu+futuro+esposo

*Un héroe para sus hijos: http://lds.org/liahona/1993/05/22?lang=spa

*Enseñar a sus hijos a servir y amar a todos. Estos artículos son muy bueno, los animo a leerlos, nos enseñan algunas maneras en las que podemos enseñar a nuestros hijos y futuros hijos a amar a los demás sin importar las diferencias físicas, culturales y demás: http://lds.org/liahona/2004/06/7?lang=spa&query=enseñen+a+los+hijos+a+servir